Eva 28x41,Lienzo

1300,00 €

La pintura recoge la figura de una mujer joven vista desde su espalda que aparece desnuda salvo la presencia de un mínimo tanga  que además es transparente  y que apenas cubre las nalgas. Se trata sin duda de la modelo permanente real o imaginaria que encontramos en otras obras del autor como Brasileña. Como ya ocurriera  en su cuadro “Desnudo de mujer” la joven aparece haciendo un guiño erótico al espectador ya que está retirándose el tanga, es decir, a punto de desnudarse. Bien sabido es que un poco de ropa puede ser mucho más insinuante que un desnudo completo.

Nuevamente la mujer aparece sin cabeza porque de ese modo simboliza a todas las mujeres,  y no se refiere a una única en concreto,  y representa de este modo  a la sensualidad del cuerpo femenino.

Para este retrato se han elegido los tonos marrones por la carne y el malva cuyo simbolismo alude al romance, sentimentalismo, juventud y nostalgia.

Una composición que es un guiño a la eterna sensualidad femenina.

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La pintura recoge la figura de una mujer joven vista desde su espalda que aparece desnuda salvo la presencia de un mínimo tanga  que además es transparente  y que apenas cubre las nalgas. Se trata sin duda de la modelo permanente real o imaginaria que encontramos en otras obras del autor como Brasileña. Como ya ocurriera  en su cuadro “Desnudo de mujer” la joven aparece haciendo un guiño erótico al espectador ya que está retirándose el tanga, es decir, a punto de desnudarse. Bien sabido es que un poco de ropa puede ser mucho más insinuante que un desnudo completo.

Nuevamente la mujer aparece sin cabeza porque de ese modo simboliza a todas las mujeres,  y no se refiere a una única en concreto,  y representa de este modo  a la sensualidad del cuerpo femenino.

Para este retrato se han elegido los tonos marrones por la carne y el malva cuyo simbolismo alude al romance, sentimentalismo, juventud y nostalgia.

Una composición que es un guiño a la eterna sensualidad femenina.

La pintura recoge la figura de una mujer joven vista desde su espalda que aparece desnuda salvo la presencia de un mínimo tanga  que además es transparente  y que apenas cubre las nalgas. Se trata sin duda de la modelo permanente real o imaginaria que encontramos en otras obras del autor como Brasileña. Como ya ocurriera  en su cuadro “Desnudo de mujer” la joven aparece haciendo un guiño erótico al espectador ya que está retirándose el tanga, es decir, a punto de desnudarse. Bien sabido es que un poco de ropa puede ser mucho más insinuante que un desnudo completo.

Nuevamente la mujer aparece sin cabeza porque de ese modo simboliza a todas las mujeres,  y no se refiere a una única en concreto,  y representa de este modo  a la sensualidad del cuerpo femenino.

Para este retrato se han elegido los tonos marrones por la carne y el malva cuyo simbolismo alude al romance, sentimentalismo, juventud y nostalgia.

Una composición que es un guiño a la eterna sensualidad femenina.