Chat noir 50x65 Lienzo

1600,00 €

Este bonito oleo  recoge la figura de un majestuoso gato negro enmarcado en un fondo azul que sirve para realzar y destacar su contorno.

Hemos destacado la ideología y creencias de  Carlos Aranguena y sus vínculos con la masonería por ello no es de extrañar su gusto por pintar gatos con todo lo que ello implica de lazo con los misterios de la Antigüedad. En el antiguo Egipto se creía que  los gatos eran seres curativos y se los asociaba sobre todo con la protección, inicialmente se le considero la reencarnación del dios del sol, Ra, y  posteriormente de Bastet, la diosa del amor, la fecundidad, la belleza, la armonía y la protección alcanzo su máximo esplendor y posición.

Además el autor no sólo ha escogió un gato como motivo de su cuadro sino que además lo ha hecho de color negro lo que añade sin duda un extra de simbolismo. Además de la ya citado en relación con Egipto, en la tradición hebrea y babilónica, los gatos se comparan a serpientes, arrolladas en un hogar. Se dice que los gatos negros están asociados a las brujas y esta creencia pervivió durante toda la Edad Media en la que prácticamente fueron diezmados por ser considerados la encarnación del Diablo.

Un cuadro ideal para quienes gusten de lo esotérico o simplemente adoren a estos increíbles animales y los tengan como mascotas.

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Este bonito oleo  recoge la figura de un majestuoso gato negro enmarcado en un fondo azul que sirve para realzar y destacar su contorno.

Hemos destacado la ideología y creencias de  Carlos Aranguena y sus vínculos con la masonería por ello no es de extrañar su gusto por pintar gatos con todo lo que ello implica de lazo con los misterios de la Antigüedad. En el antiguo Egipto se creía que  los gatos eran seres curativos y se los asociaba sobre todo con la protección, inicialmente se le considero la reencarnación del dios del sol, Ra, y  posteriormente de Bastet, la diosa del amor, la fecundidad, la belleza, la armonía y la protección alcanzo su máximo esplendor y posición.

Además el autor no sólo ha escogió un gato como motivo de su cuadro sino que además lo ha hecho de color negro lo que añade sin duda un extra de simbolismo. Además de la ya citado en relación con Egipto, en la tradición hebrea y babilónica, los gatos se comparan a serpientes, arrolladas en un hogar. Se dice que los gatos negros están asociados a las brujas y esta creencia pervivió durante toda la Edad Media en la que prácticamente fueron diezmados por ser considerados la encarnación del Diablo.

Un cuadro ideal para quienes gusten de lo esotérico o simplemente adoren a estos increíbles animales y los tengan como mascotas.

Este bonito oleo  recoge la figura de un majestuoso gato negro enmarcado en un fondo azul que sirve para realzar y destacar su contorno.

Hemos destacado la ideología y creencias de  Carlos Aranguena y sus vínculos con la masonería por ello no es de extrañar su gusto por pintar gatos con todo lo que ello implica de lazo con los misterios de la Antigüedad. En el antiguo Egipto se creía que  los gatos eran seres curativos y se los asociaba sobre todo con la protección, inicialmente se le considero la reencarnación del dios del sol, Ra, y  posteriormente de Bastet, la diosa del amor, la fecundidad, la belleza, la armonía y la protección alcanzo su máximo esplendor y posición.

Además el autor no sólo ha escogió un gato como motivo de su cuadro sino que además lo ha hecho de color negro lo que añade sin duda un extra de simbolismo. Además de la ya citado en relación con Egipto, en la tradición hebrea y babilónica, los gatos se comparan a serpientes, arrolladas en un hogar. Se dice que los gatos negros están asociados a las brujas y esta creencia pervivió durante toda la Edad Media en la que prácticamente fueron diezmados por ser considerados la encarnación del Diablo.

Un cuadro ideal para quienes gusten de lo esotérico o simplemente adoren a estos increíbles animales y los tengan como mascotas.