Nueva York 46x38,Lienzo
El óleo nos presenta una imagen del skyline de la Ciudad de Nueva York contemplado desde Brooklyn .Son muchos los neoyorquinos y los turistas que se aproximan hasta los bancos del barrio neoyorquino y desde allí contemplan la gran Manzana. Sin embargo el pintor se aleja de tan manido recuso y se sitúa detrás del banco siendo así una especie de espectador de espectadores., a la vez que nos impregna de una sensación de soledad ante ese único banco tristemente vacío situado frente a la bulliciosa ciudad.
El pintor se sirve para ello de una importante variedad cromática para reflejar lo que es un paisaje nocturno y debería por tanto ser más monocolor y más oscuro. Para ello utiliza predominantemente los tonos verdosos y azules para plasmar la noche que ya llega, unos tonos amarillos y rojos recrean el morir del día y la ya inminente puesta de sol en un último plano , mientras que las luces de los edificios nos enseñan la noche en las viviendas de los apartamentos de las altas torres.
El óleo nos presenta una imagen del skyline de la Ciudad de Nueva York contemplado desde Brooklyn .Son muchos los neoyorquinos y los turistas que se aproximan hasta los bancos del barrio neoyorquino y desde allí contemplan la gran Manzana. Sin embargo el pintor se aleja de tan manido recuso y se sitúa detrás del banco siendo así una especie de espectador de espectadores., a la vez que nos impregna de una sensación de soledad ante ese único banco tristemente vacío situado frente a la bulliciosa ciudad.
El pintor se sirve para ello de una importante variedad cromática para reflejar lo que es un paisaje nocturno y debería por tanto ser más monocolor y más oscuro. Para ello utiliza predominantemente los tonos verdosos y azules para plasmar la noche que ya llega, unos tonos amarillos y rojos recrean el morir del día y la ya inminente puesta de sol en un último plano , mientras que las luces de los edificios nos enseñan la noche en las viviendas de los apartamentos de las altas torres.
El óleo nos presenta una imagen del skyline de la Ciudad de Nueva York contemplado desde Brooklyn .Son muchos los neoyorquinos y los turistas que se aproximan hasta los bancos del barrio neoyorquino y desde allí contemplan la gran Manzana. Sin embargo el pintor se aleja de tan manido recuso y se sitúa detrás del banco siendo así una especie de espectador de espectadores., a la vez que nos impregna de una sensación de soledad ante ese único banco tristemente vacío situado frente a la bulliciosa ciudad.
El pintor se sirve para ello de una importante variedad cromática para reflejar lo que es un paisaje nocturno y debería por tanto ser más monocolor y más oscuro. Para ello utiliza predominantemente los tonos verdosos y azules para plasmar la noche que ya llega, unos tonos amarillos y rojos recrean el morir del día y la ya inminente puesta de sol en un último plano , mientras que las luces de los edificios nos enseñan la noche en las viviendas de los apartamentos de las altas torres.