Licor de naranja 24x35,Lienzo
Este bodegón de tendencia impresionista retrata una frasca de contornos imprecisos y desdibujados que contiene un licor de naranja. A su lado hay una solitaria naranja. Materia prima y producto elaborado. Causa y resultado. No es casualidad que en diversos rituales esotéricos dicha fruta aparezca vinculada al deseo y a la potencia.
Si nos fijamos tanto el bote como la naranja presentan contornos imprecisos, incluso la naranja parece haber sido mordisqueada. Al fondo encontramos una alacena en la que se expone un plato y lo que parece una jarra. Nuevamente una escena de hogar aparentemente cotidiana trasciende su significado.
Colores morados, amarillos, blanco y un naranja rompedor en primer plano acaparando protagonismo como símbolo subyacente de toda la composición.
Este bodegón de tendencia impresionista retrata una frasca de contornos imprecisos y desdibujados que contiene un licor de naranja. A su lado hay una solitaria naranja. Materia prima y producto elaborado. Causa y resultado. No es casualidad que en diversos rituales esotéricos dicha fruta aparezca vinculada al deseo y a la potencia.
Si nos fijamos tanto el bote como la naranja presentan contornos imprecisos, incluso la naranja parece haber sido mordisqueada. Al fondo encontramos una alacena en la que se expone un plato y lo que parece una jarra. Nuevamente una escena de hogar aparentemente cotidiana trasciende su significado.
Colores morados, amarillos, blanco y un naranja rompedor en primer plano acaparando protagonismo como símbolo subyacente de toda la composición.
Este bodegón de tendencia impresionista retrata una frasca de contornos imprecisos y desdibujados que contiene un licor de naranja. A su lado hay una solitaria naranja. Materia prima y producto elaborado. Causa y resultado. No es casualidad que en diversos rituales esotéricos dicha fruta aparezca vinculada al deseo y a la potencia.
Si nos fijamos tanto el bote como la naranja presentan contornos imprecisos, incluso la naranja parece haber sido mordisqueada. Al fondo encontramos una alacena en la que se expone un plato y lo que parece una jarra. Nuevamente una escena de hogar aparentemente cotidiana trasciende su significado.
Colores morados, amarillos, blanco y un naranja rompedor en primer plano acaparando protagonismo como símbolo subyacente de toda la composición.