Molienda 33x46,Lienzo

1750,00 €

Este óleo retrata a una mujer de la etnia serer, un pueblo que, junto con los diola, es reconocido como uno de los habitantes más antiguos de la región de Senegambia.

La mujer aparece con un mortero de madera que utilizan las mujeres, para mediante enérgicos golpes, separar la cáscara del grano del mijo. Esta dura y agotadora tarea puede llevarse 4 o 5 horas.

Una vez el grano está limpio se muele en el mismo mortero y  con el mismo mazo para convertirlo en harina, proceso que puede durar otras 3 horas.Es tras este momento cuando se obtiene la preciada harina con la que las mujeres prepararan tortitas y buñuelos para alimentar a sus familias.

El cuadro representa a la mujer en pleno ejercicio de molienda  machacando el mortero sobre el que carga su peso en un esforzado trabajo  cuyo  rostro refleja .Los campos amarillos al fondo listos para la recolección y un límpido cielo azul africano completa la escena.

La mujer va vestida sencillamente con una blusa azul intenso y una falda de colores. Lleva también una ajorcas de colores en la muñeca.

Todo el cuadro es una explosión de  luz y colorido como podemos encontrar en cualquier aldea africana.

Un precioso cuadro étnico ideal para quienes gusten de lo exótico.

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Este óleo retrata a una mujer de la etnia serer, un pueblo que, junto con los diola, es reconocido como uno de los habitantes más antiguos de la región de Senegambia.

La mujer aparece con un mortero de madera que utilizan las mujeres, para mediante enérgicos golpes, separar la cáscara del grano del mijo. Esta dura y agotadora tarea puede llevarse 4 o 5 horas.

Una vez el grano está limpio se muele en el mismo mortero y  con el mismo mazo para convertirlo en harina, proceso que puede durar otras 3 horas.Es tras este momento cuando se obtiene la preciada harina con la que las mujeres prepararan tortitas y buñuelos para alimentar a sus familias.

El cuadro representa a la mujer en pleno ejercicio de molienda  machacando el mortero sobre el que carga su peso en un esforzado trabajo  cuyo  rostro refleja .Los campos amarillos al fondo listos para la recolección y un límpido cielo azul africano completa la escena.

La mujer va vestida sencillamente con una blusa azul intenso y una falda de colores. Lleva también una ajorcas de colores en la muñeca.

Todo el cuadro es una explosión de  luz y colorido como podemos encontrar en cualquier aldea africana.

Un precioso cuadro étnico ideal para quienes gusten de lo exótico.

Este óleo retrata a una mujer de la etnia serer, un pueblo que, junto con los diola, es reconocido como uno de los habitantes más antiguos de la región de Senegambia.

La mujer aparece con un mortero de madera que utilizan las mujeres, para mediante enérgicos golpes, separar la cáscara del grano del mijo. Esta dura y agotadora tarea puede llevarse 4 o 5 horas.

Una vez el grano está limpio se muele en el mismo mortero y  con el mismo mazo para convertirlo en harina, proceso que puede durar otras 3 horas.Es tras este momento cuando se obtiene la preciada harina con la que las mujeres prepararan tortitas y buñuelos para alimentar a sus familias.

El cuadro representa a la mujer en pleno ejercicio de molienda  machacando el mortero sobre el que carga su peso en un esforzado trabajo  cuyo  rostro refleja .Los campos amarillos al fondo listos para la recolección y un límpido cielo azul africano completa la escena.

La mujer va vestida sencillamente con una blusa azul intenso y una falda de colores. Lleva también una ajorcas de colores en la muñeca.

Todo el cuadro es una explosión de  luz y colorido como podemos encontrar en cualquier aldea africana.

Un precioso cuadro étnico ideal para quienes gusten de lo exótico.