Ojo 41x27,Lienzo
La masonería, reconocida como una fraternidad respetable tiene sus orígenes en los tiempos antiguos, trazándose sus huellas hasta los antiguos egipcios. Originada en las logias de los canteros de la época medieval, la masonería ha evolucionado y diversificado a lo largo de los siglos. Desarrollándose principalmente en el siglo XVII en Europa.
Además de la evolución de su estructura organizativa y su expansión global, la masonería es célebre por su amplia simbología y rituales. Desde el compás y la escuadra, hasta el ojo que todo lo ve, los símbolos masónicos son numerosos y tienen una significación profunda.
En este cuadro encontramos algunos de sus símbolos más emblemáticos.
Por un lado tenemos el ojo, en el cual aparece una calavera y por último la figura del compás en la firma el autor.
El ojo que encontramos aquí y que es el motivo principal de este cuadro tiene sin duda relación con el ojo masónico aunque aquí no aparezca inserto en el triángulo su apariencia más reconocible.
En el Antiguo Egipto el Udyat (ojo de Horus) fue considerado uno de los amuletos más poderosos , potenciaba la vista, curaba las enfermedades oculares, contrarrestaba el «mal de ojo» y protegía a los difuntos. Simbolizaba la salud, la prosperidad, y la y la resurrección del cuerpo preservado.
Posteriormente fue adoptado por los asirios, los babilónicos, los griegos, los judíos, los cristianos, los masones y hasta la propia Justicia (En España, se encuentra en el escudo del Tribunal Supremo.)
El ojo es utilizado por los masones para representar el ojo omnisciente de Dios.
Y por tanto es más significativa todavía la simbología presente en este cuadro porque el pintor inserta la calavera en el “ojo de Dios”, recordándonos que Dios todo lo ve y que nuestra existencia es efímera.
La calavera se ha convertido para los masones en uno de los símbolos más intrigantes. No es vista para suscitar temor sino para servir y recordarnos lo breve de la existencia humana y la mortalidad inevitable
La muerte no es vista como un final absoluto, sino como un paso hacia una existencia distinta y eterna. Por ello los masones quieren vivir sus vidas con propósito, integridad y en constante búsqueda de sabiduría, con el convencimiento de que aunque la vida física sea temporal, el espíritu humano es inmortal.
Este simbolismo hunde sus raíces en la tradición de "Memento Mori", una frase en latín que significa "recuerda que debes morir". En la masonería, Memento Mori sirve como un poderoso recordatorio para vivir rectamente, justamente y con propósito. En lugar de ser un símbolo de temor, la calavera y los huesos cruzados se convierten en un símbolo de vida, y una llamada a no malgastar el tiempo mortal en vanidades, sino en la búsqueda de la verdad y la iluminación.
Por último y aunque de manera algo más subrepticia podemos observar la figura del compás en la firma del autor. La escuadra y el compás masónico es probablemente su símbolo más común y representa a los masones y logias masónicas de todo el mundo.
Cuando comenzó la masonería especulativa en el siglo XVII, ésta adoptó las herramientas del cantero como símbolos para ilustrar lecciones de vida.
Asociada al compás que representa al cielo, la escuadra representa la tierra. De ese modo juntos simbolizan el cosmos. Proyectando estas ideas al hombre, el compás sería al espíritu mientras que la escuadra representaría el cuerpo.
En conclusión este cuadro no puede entenderse sin aproximarnos a él desde los conocimientos e ideología masónicos.
En cuanto a su ejecución el autor ha elegido los tonos ocres sin duda para situar al espectador en el suelo desde el cual al hombre le queda todavía mucho trabajo que hacer para conseguir el conocimiento y la elevación espiritual.
Un cuadro intrigante para aquellos que busquen algo más en la pintura
La masonería, reconocida como una fraternidad respetable tiene sus orígenes en los tiempos antiguos, trazándose sus huellas hasta los antiguos egipcios. Originada en las logias de los canteros de la época medieval, la masonería ha evolucionado y diversificado a lo largo de los siglos. Desarrollándose principalmente en el siglo XVII en Europa.
Además de la evolución de su estructura organizativa y su expansión global, la masonería es célebre por su amplia simbología y rituales. Desde el compás y la escuadra, hasta el ojo que todo lo ve, los símbolos masónicos son numerosos y tienen una significación profunda.
En este cuadro encontramos algunos de sus símbolos más emblemáticos.
Por un lado tenemos el ojo, en el cual aparece una calavera y por último la figura del compás en la firma el autor.
El ojo que encontramos aquí y que es el motivo principal de este cuadro tiene sin duda relación con el ojo masónico aunque aquí no aparezca inserto en el triángulo su apariencia más reconocible.
En el Antiguo Egipto el Udyat (ojo de Horus) fue considerado uno de los amuletos más poderosos , potenciaba la vista, curaba las enfermedades oculares, contrarrestaba el «mal de ojo» y protegía a los difuntos. Simbolizaba la salud, la prosperidad, y la y la resurrección del cuerpo preservado.
Posteriormente fue adoptado por los asirios, los babilónicos, los griegos, los judíos, los cristianos, los masones y hasta la propia Justicia (En España, se encuentra en el escudo del Tribunal Supremo.)
El ojo es utilizado por los masones para representar el ojo omnisciente de Dios.
Y por tanto es más significativa todavía la simbología presente en este cuadro porque el pintor inserta la calavera en el “ojo de Dios”, recordándonos que Dios todo lo ve y que nuestra existencia es efímera.
La calavera se ha convertido para los masones en uno de los símbolos más intrigantes. No es vista para suscitar temor sino para servir y recordarnos lo breve de la existencia humana y la mortalidad inevitable
La muerte no es vista como un final absoluto, sino como un paso hacia una existencia distinta y eterna. Por ello los masones quieren vivir sus vidas con propósito, integridad y en constante búsqueda de sabiduría, con el convencimiento de que aunque la vida física sea temporal, el espíritu humano es inmortal.
Este simbolismo hunde sus raíces en la tradición de "Memento Mori", una frase en latín que significa "recuerda que debes morir". En la masonería, Memento Mori sirve como un poderoso recordatorio para vivir rectamente, justamente y con propósito. En lugar de ser un símbolo de temor, la calavera y los huesos cruzados se convierten en un símbolo de vida, y una llamada a no malgastar el tiempo mortal en vanidades, sino en la búsqueda de la verdad y la iluminación.
Por último y aunque de manera algo más subrepticia podemos observar la figura del compás en la firma del autor. La escuadra y el compás masónico es probablemente su símbolo más común y representa a los masones y logias masónicas de todo el mundo.
Cuando comenzó la masonería especulativa en el siglo XVII, ésta adoptó las herramientas del cantero como símbolos para ilustrar lecciones de vida.
Asociada al compás que representa al cielo, la escuadra representa la tierra. De ese modo juntos simbolizan el cosmos. Proyectando estas ideas al hombre, el compás sería al espíritu mientras que la escuadra representaría el cuerpo.
En conclusión este cuadro no puede entenderse sin aproximarnos a él desde los conocimientos e ideología masónicos.
En cuanto a su ejecución el autor ha elegido los tonos ocres sin duda para situar al espectador en el suelo desde el cual al hombre le queda todavía mucho trabajo que hacer para conseguir el conocimiento y la elevación espiritual.
Un cuadro intrigante para aquellos que busquen algo más en la pintura
La masonería, reconocida como una fraternidad respetable tiene sus orígenes en los tiempos antiguos, trazándose sus huellas hasta los antiguos egipcios. Originada en las logias de los canteros de la época medieval, la masonería ha evolucionado y diversificado a lo largo de los siglos. Desarrollándose principalmente en el siglo XVII en Europa.
Además de la evolución de su estructura organizativa y su expansión global, la masonería es célebre por su amplia simbología y rituales. Desde el compás y la escuadra, hasta el ojo que todo lo ve, los símbolos masónicos son numerosos y tienen una significación profunda.
En este cuadro encontramos algunos de sus símbolos más emblemáticos.
Por un lado tenemos el ojo, en el cual aparece una calavera y por último la figura del compás en la firma el autor.
El ojo que encontramos aquí y que es el motivo principal de este cuadro tiene sin duda relación con el ojo masónico aunque aquí no aparezca inserto en el triángulo su apariencia más reconocible.
En el Antiguo Egipto el Udyat (ojo de Horus) fue considerado uno de los amuletos más poderosos , potenciaba la vista, curaba las enfermedades oculares, contrarrestaba el «mal de ojo» y protegía a los difuntos. Simbolizaba la salud, la prosperidad, y la y la resurrección del cuerpo preservado.
Posteriormente fue adoptado por los asirios, los babilónicos, los griegos, los judíos, los cristianos, los masones y hasta la propia Justicia (En España, se encuentra en el escudo del Tribunal Supremo.)
El ojo es utilizado por los masones para representar el ojo omnisciente de Dios.
Y por tanto es más significativa todavía la simbología presente en este cuadro porque el pintor inserta la calavera en el “ojo de Dios”, recordándonos que Dios todo lo ve y que nuestra existencia es efímera.
La calavera se ha convertido para los masones en uno de los símbolos más intrigantes. No es vista para suscitar temor sino para servir y recordarnos lo breve de la existencia humana y la mortalidad inevitable
La muerte no es vista como un final absoluto, sino como un paso hacia una existencia distinta y eterna. Por ello los masones quieren vivir sus vidas con propósito, integridad y en constante búsqueda de sabiduría, con el convencimiento de que aunque la vida física sea temporal, el espíritu humano es inmortal.
Este simbolismo hunde sus raíces en la tradición de "Memento Mori", una frase en latín que significa "recuerda que debes morir". En la masonería, Memento Mori sirve como un poderoso recordatorio para vivir rectamente, justamente y con propósito. En lugar de ser un símbolo de temor, la calavera y los huesos cruzados se convierten en un símbolo de vida, y una llamada a no malgastar el tiempo mortal en vanidades, sino en la búsqueda de la verdad y la iluminación.
Por último y aunque de manera algo más subrepticia podemos observar la figura del compás en la firma del autor. La escuadra y el compás masónico es probablemente su símbolo más común y representa a los masones y logias masónicas de todo el mundo.
Cuando comenzó la masonería especulativa en el siglo XVII, ésta adoptó las herramientas del cantero como símbolos para ilustrar lecciones de vida.
Asociada al compás que representa al cielo, la escuadra representa la tierra. De ese modo juntos simbolizan el cosmos. Proyectando estas ideas al hombre, el compás sería al espíritu mientras que la escuadra representaría el cuerpo.
En conclusión este cuadro no puede entenderse sin aproximarnos a él desde los conocimientos e ideología masónicos.
En cuanto a su ejecución el autor ha elegido los tonos ocres sin duda para situar al espectador en el suelo desde el cual al hombre le queda todavía mucho trabajo que hacer para conseguir el conocimiento y la elevación espiritual.
Un cuadro intrigante para aquellos que busquen algo más en la pintura