Comedor de pueblo 33x24,Lienzo

1100,00 €

En esta pintura el autor nos representa una sala de estar o comedor como el que podemos encontrar en muchas casas de nuestros pueblos.

Apreciamos las vigas, la pared de piedra  que parece incluso algo desconchada, la chimenea con embocadura de piedra y sus objetos encima de la repisa de madera de la misma, las sillas de anea en tono a la  austera mesa de madera. De una de las cuales incluso vemos colgado un paño  amarillo para su secado en la proximidad de la lumbre. Se intuye incluso la existencia de unas fotografías colgadas (margen superior derecho) quizás las de boda o comuniones como es habitual en tantos hogares tradicionales.

Es una inmersión en la vida intima de esta familia, en su cotidianidad , en el centro de su vida familiar  que supone su sala de estar.

Las escena está plasmada en tonos rojizos y ocres como corresponde a la tierra , a las casas de ladrillo, adobes, madera.

Es un cuadro precioso e intimista que nos permite convertirnos en una especie de mirones.

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En esta pintura el autor nos representa una sala de estar o comedor como el que podemos encontrar en muchas casas de nuestros pueblos.

Apreciamos las vigas, la pared de piedra  que parece incluso algo desconchada, la chimenea con embocadura de piedra y sus objetos encima de la repisa de madera de la misma, las sillas de anea en tono a la  austera mesa de madera. De una de las cuales incluso vemos colgado un paño  amarillo para su secado en la proximidad de la lumbre. Se intuye incluso la existencia de unas fotografías colgadas (margen superior derecho) quizás las de boda o comuniones como es habitual en tantos hogares tradicionales.

Es una inmersión en la vida intima de esta familia, en su cotidianidad , en el centro de su vida familiar  que supone su sala de estar.

Las escena está plasmada en tonos rojizos y ocres como corresponde a la tierra , a las casas de ladrillo, adobes, madera.

Es un cuadro precioso e intimista que nos permite convertirnos en una especie de mirones.

En esta pintura el autor nos representa una sala de estar o comedor como el que podemos encontrar en muchas casas de nuestros pueblos.

Apreciamos las vigas, la pared de piedra  que parece incluso algo desconchada, la chimenea con embocadura de piedra y sus objetos encima de la repisa de madera de la misma, las sillas de anea en tono a la  austera mesa de madera. De una de las cuales incluso vemos colgado un paño  amarillo para su secado en la proximidad de la lumbre. Se intuye incluso la existencia de unas fotografías colgadas (margen superior derecho) quizás las de boda o comuniones como es habitual en tantos hogares tradicionales.

Es una inmersión en la vida intima de esta familia, en su cotidianidad , en el centro de su vida familiar  que supone su sala de estar.

Las escena está plasmada en tonos rojizos y ocres como corresponde a la tierra , a las casas de ladrillo, adobes, madera.

Es un cuadro precioso e intimista que nos permite convertirnos en una especie de mirones.