Ventana 33x41,Lienzo
Precioso óleo que retrata la visión al mar desde una ventana de una humilde morada posiblemente la caseta de madera de un pescador porque está situada prácticamente a pie de mar.
Las cortinas retiradas dejan al descubierto una ventana de madera envejecida por la que nos asomamos para descubrir la arena próxima al mar y el mar.
El autor ha escogido una paleta cromática en tonos rojizos , ocres y amarillos significativo por lo rupturista al plasmar el agua y el horizonte con tonos rojizos y no azulados o grisáceos como sería más común. Quizá se trate de una puesta de sol pero consigue un efecto cautivador ya que parece que el cielo esté en llamas.
Un cuadro que contemplado desde nuestra sala de estar supondrá una vía de escape, una apertura al paisaje, a la libertad del mar.
Precioso óleo que retrata la visión al mar desde una ventana de una humilde morada posiblemente la caseta de madera de un pescador porque está situada prácticamente a pie de mar.
Las cortinas retiradas dejan al descubierto una ventana de madera envejecida por la que nos asomamos para descubrir la arena próxima al mar y el mar.
El autor ha escogido una paleta cromática en tonos rojizos , ocres y amarillos significativo por lo rupturista al plasmar el agua y el horizonte con tonos rojizos y no azulados o grisáceos como sería más común. Quizá se trate de una puesta de sol pero consigue un efecto cautivador ya que parece que el cielo esté en llamas.
Un cuadro que contemplado desde nuestra sala de estar supondrá una vía de escape, una apertura al paisaje, a la libertad del mar.
Precioso óleo que retrata la visión al mar desde una ventana de una humilde morada posiblemente la caseta de madera de un pescador porque está situada prácticamente a pie de mar.
Las cortinas retiradas dejan al descubierto una ventana de madera envejecida por la que nos asomamos para descubrir la arena próxima al mar y el mar.
El autor ha escogido una paleta cromática en tonos rojizos , ocres y amarillos significativo por lo rupturista al plasmar el agua y el horizonte con tonos rojizos y no azulados o grisáceos como sería más común. Quizá se trate de una puesta de sol pero consigue un efecto cautivador ya que parece que el cielo esté en llamas.
Un cuadro que contemplado desde nuestra sala de estar supondrá una vía de escape, una apertura al paisaje, a la libertad del mar.